La estabilidad del aceite de oliva también existe. Es un término que se escapa un poco de lo que entendemos por estabilidad. Es, en resumidas cuentas, un parámetro que mide la calidad del aove. Pero vamos a explicarlo con detenimiento.
La estabilidad del aove
El aove no caduca como ya contamos en nuestro blog hace unos meses, pero puede ir perdiendo sus propiedades organolépticas con el paso del tiempo porque se trata de un alimento de origen natural. Este oro líquido no sufre la invasión de microorganismos porque es un entorno inhóspito para ellos, pero sí que está expuesto a la oxidación.
Por eso, la estabilidad del aove no es más que la capacidad que tiene para permanecer en perfecto estado durante el mayor tiempo posible, es decir, la resistencia que tiene a la oxidación.
Factores que potencian la estabilidad del aceite
Los mejores aceites serán, por tanto, aquellos que presenten una mayor estabilidad oxidativa y para que esto ocurre hay factores que influyen:
- La variedad de la aceituna, ya que hay aceitunas que presentan una mayor estabilidad que otras. Por ejemplo, el aceite de CazallaOliva proviene de aceitunas de tipo manzanilla, entre otras, que tienen gran resistencia a la oxidación.
- La calidad del aceite: la presencia de ácido oleico y de fenoles es superior en el aceite de oliva virgen extra y esto provoca que tenga mayor resistencia a la oxidación. Además, si durante la elaboración se cuida el proceso y se evita la entrada de trazas o micropartículas se contribuye a una mejor estabilidad.
- La conservación: el aove es mal amigo de la luz, el aire o las altas temperaturas. Por eso, el producto debe conservarse en lugares opacos, secos y frescos, así evitaremos su degradación.
En CazallaOliva ofrecemos un aceite de gran estabilidad oxidativa que permite que las propiedades de nuestro oro líquido se puedan mantener prácticamente intactas durante mucho tiempo. ¡Un lujazo!