La densidad del aceite de oliva nos da buena cuenta de la calidad del oro líquido en sí. Por eso es importante saber su densidad para determinar si estamos ante un aceite muy bueno o no.
¿Qué es la densidad del aceite?
La densidad hace referencia a la cantidad de masa en un determinado volumen de materia. Para saber si el aceite que tenemos delante es de alta calidad debemos analizar su nivel de pureza y esto está estrechamente ligado a la densidad. Si el nivel de densidad es elevado, mayor cantidad de aceite puro concentra y, por tanto, menos cantidad de agua.
Seguro que se te está viniendo a la mente las veces que te dijeron en el colegio que al mezclar aceite y agua a temperatura ambiente podías ver perfectamente cómo el agua se iba para abajo. Esto es porque el agua es mucho más densa que el aove.
Para medir de forma óptima la densidad del aceite la temperatura debe estar entre los 16 y 17 grados. En estos términos, el aceite tendrá alta calidad si su densidad es de 0.916 kilos por litro.
Si las condiciones de temperatura son mayores, la densidad disminuye y se eleva si los grados se disminuyen.
¿La densidad es lo único que nos permite valorar un buen aove?
La densidad es primordial para valorar la calidad del aceite, pero no es lo único importante. Hay que tener en cuenta las propiedades que tiene para nuestro organismo. En este blog ya estuvimos viendo la diferencia entre el aove y otros aceites vegetales enfatizando en los aportes para nuestro cuerpo. Te invitamos a revisitarlo ya que hay aceites que tienen una mayor o menor densidad que el aove, pero eso no los convierte en mejor.