El aceite de oliva virgen extra hace espuma al freír alimentos. Esto es un fenómeno que en algún momento de nuestra vida nos ha pasado y siempre nos ha resultado un poco desagradable porque es una espuma que, a la vista, no es tan atrayente como la de una cerveza bien echada.
Esto ocurre porque influyen varios factores, como son la composición del propio aceite, su temperatura y el uso reiterado y el agua que tienen los alimentos.
4 factores que hacen que el aceite de oliva virgen extra haga espuma al freir
La composición del aove
El aove es rico en ácidos grasos. Algunos de ellos son libres y pueden oxidarse y descomponerse al exponerse a altas temperaturas. Esto hace que se forme espuma. El proceso se acelera mucho en el momento en el que el aceite se calienta más allá de su punto de humo, que varía según el tipo de aceite.
¿Qué es el punto de humo? Te preguntarás. El punto de humo es la temperatura a la que el aceite alcanza la temperatura de inflamabilidad y hace que se queme. Cada vez que freímos el punto de humo disminuye porque el aceite va perdiendo calidad. Dependiendo de su composición, hay aceites más resistentes que otros a este proceso. Es por eso que aunque el aove (160º de punto de humo) tiene un punto de humo más bajo que el otros aceites, su composición lo hace más resistente por lo que puede usarse más veces para freír.
La temperatura a la que se fríe
Hilando con lo anterior, la temperatura es clave en la formación de espuma. El calor excesivo favorece la creación de espuma y degrada la calidad del aceite, afectando no solo a su sabor, sino también a sus propiedades nutricionales. Superar el punto de humo del aove es un error total.
La reutilización del aove
El aceite de oliva virgen extra puede reutilizarse si lo hacemos con cuidado y no nos excedemos en su uso. La exposición excesiva al calor y las impurezas favorecen la aparición de espuma. En este caso, debemos apostar por evitar la sobreutilización y optar por un filtrado reiterado del aceite.
El agua de los alimentos
Los alimentos contienen agua. Un agua que se evapora rápidamente al entrar en contacto con el aceite caliente. Esta interacción crea burbujas de vapor que forman la espuma que no queremos. Lo ideal para evitar esto es secar con papel los alimentos antes de freirlos para disminuir la cantidad de espuma.
Remedios de la abuela: utiliza un corcho
Si sigues este blog de cerca, te habrás dado cuenta de lo fan que somos de los remedios caseros para todo. En este caso tenemos uno para reducir esa espuma. Coge un corcho de una botella de vino, limpialo muy bien y échalo en el aceite antes de añadir los alimentos. Verás cómo esta pequeña arma absorbe parte de esas indeseables burbujas de espuma.