¿Sabías que la flor del olivo existe? Parece una pregunta obvia, pero lo cierto es que cuando pensamos en el olivo se nos vienen a la cabeza sus hojas, las aceitunas y, por supuesto, el aceite de oliva. Pero este árbol que tanto nos aporta también tiene flor y la floración del olivo es un proceso natural del que depende que la cosecha sea mejor o peor. Te contamos por qué.
¿Qué es la trama del olivo?
La trama del olivo no es más que la flor del árbol. Por la Sierra Morena se le conoce como esquimo. La flor es muy importante porque es la parte del olivo que hace la fotosíntesis, que es el proceso que contribuye a fabricar la energía necesaria para el crecimiento y desarrollo del árbol, y para la producción de aceitunas.
El proceso de la trama del olivo empieza en primavera y los olivos experimentan una explosión de vida que es una gozada para la vista.
Fases de floración del olivar
Este momento tan bonito y crucial para el olivar pasa por varias fases:
- Despertar de las yemas: cuando la temperatura ambiente alcanza los 18 a 21 grados, comienza la floración del olivo.
- Desarrollo: a partir de las yemas, se forman grupos de flores en los que cada flor tiene el potencial de convertirse o no en una aceituna.
- Antesis: este es el punto de inflexión de cara a saber si las flores pasarán a ser aceitunas. Se produce la ponilización.
- Cuajado: una vez se polinizan las flores, quedan fecundadas y comienzan a desarrollarse en aceitunas.
¿Y por qué es importante la flor del olivo para la cosecha?
El esquimo es importante porque una buena floración indica una buena cosecha y en consecuencia, una producción de aove abundante y de muy buena calidad.
Por eso los agricultores tienen especial cuidado durante esta época. Una plaga o la falta de agua, entre otros factores, pueden hacer que la floración no llegue a buen puerto.
Por eso, en un año como este en el que la sequía está acabando con muchas de las labores del campo es muy necesario valorar la lluvia y el consumo óptimo de agua cuando la tenemos en abundancia.
Foto del esquimo en la portada: Hacienda Guzmán