Llega el verano y para muchos estas fechas se convierte en época de disfrute y de descanso laboral. Por ello, hay muchos agricultores que esta estación del año se relajan y descuidan sus olivos.
Pero es importante saber que durante los meses de verano, el cultivo está en su etapa de cuajado en la que el olivo desecha los frutos que no podrá alimentar y se quedará con la mitad, por tanto hay que prestarle la misma atención que se mantiene durante todo el año.
Existen situaciones que se dan a partir del mes de junio y hasta bien entrado el otoño por las que hay que tener especial cuidado con las plantaciones del olivar durante la estación de más calor:
- El tratamiento para la plaga de la polilla del olivo: A partir de junio comienza la presencia de la tercera generación de estos insectos que suele ser la más peligrosa porque daña a los frutos. No se debe descuidar este aspecto para poder tener una buena cosecha.
- Abonado con potasio: El olivo necesita grandes cantidades de potasio así que es importante que sea abonado con esta sustancia durante todo el año y, sobre todo, en la época de más calor, cuando se está produciendo el endurecimiento del hueso.
- El estrés hídrico: En verano se produce mucha transpiración de este cultivo y hay que tener bien vigiladas las instalaciones de riego. Que el olivo sea un árbol muy resistente no significa que requiera menor atención en este aspecto.
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