Gracias a su alta concentración de ácidos grasos monoinsaturados y compuestos fenólicos que contribuyen a incrementar sus propiedades nutricionales y antioxidantes, el aceite de oliva tiene la capacidad de eliminar o inhibir las bacterias patógenas que causan infecciones transmitidas por los alimentos.
Así lo demuestra una investigación de la Universidad de Sassari en Italia. El aceite de oliva es capaz de recudir los patógenos.
Y lo han demostrado con unas pruebas llevadas a cabo en ensaladas, listas para su consumo y que se comercializan envasadas, a las que introdujeron de forma artificial dos bacterias patógenas: Listeria monocytogenes y Salmonella.
A estas ensaladas se les añadió el aceite de oliva y tras el estudio concluyeron que los aceites son capaces de reducir la concentración inicial de patógenos de la ensalada en más de un 90%, solo 15 minutos después de agregar el aceite de oliva a la propia ensalada.
Increíble, ¿verdad?
Sin duda, el aceite de oliva tiene unos efectos muy poderosos en organismos internos y externos.
El Aceite de oliva es mágico.